LA IGLESIA EJEMPLAR ES LA QUE TRABAJA

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LA IGLESIA EJEMPLAR ES LA QUE TRABAJA

1 Tesalonicenses 1:1-10.

 

   INTRODUCCIÓN: Damos gracias a Dios por haber generado la existencia de una mínima partecita de su iglesia universal en esta población de Yaxachén.  Gracias a Dios porque a pesar de todo hay dos iglesias locales de nuestra amada iglesia presbiteriana.  Gracias a Dios si hay otros verdaderos creyentes en Jesucristo (dije: Verdaderos creyentes), aunque no sean de nuestra denominación, ellos también son parte de la única iglesia universal de Jesucristo.   Nos sentimos con mucho gozo ver que ustedes están celebrando un aniversario más en el que por la gracia de Dios se estableció desde el 25 de septiembre de 1957 esta bendita iglesia Betel, con sus primeros 17 varones, 16 mujeres (33 adultos), y 30 niños (63 en total).  Desde entonces, durante todos estos 61 años, ha habido más personas que ahora no están porque se han ido a otros lugares, e incluso a muchos, Dios se los ha llevado hasta su cielo, y hoy todavía son más de 360 personas que asisten aquí.  Gracias a Dios, son una iglesia que ha estado trabajando para la propagación del evangelio comenzando desde sus propias familias.  Podemos junto con el apóstol Pablo y sus compañeros decir como dice en los versículos 2 y 3 de nuestra lectura en la epístola a los Tesalonicenses, que: “Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, / acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro …” (1 Tesalonicenses 1:2,3a).  Son preciosas estas palabras que san Pablo les dijo a los tesalonicenses acerca de su profunda gratitud a Dios por ellos, al explicarles cómo cuando Pablo y sus compañeros oraban se acordaban de los creyentes de Tesalónica, y que los incluían en sus oraciones; y que todo esto no por una mera casualidad, sino que se acordaban de ellos y oraban por ellos, “sin cesar”.

   Pero, quiero que centren su atención en las palabras que están a partir de poco antes de la mitad del v. 3 de nuestra lectura (después de toda esta explicación de gratitud, recordatorio, y oración del apóstol por ellos).  Observen en el versículo tres desde donde dice: “de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 1:3b).   De estas palabras y de su contexto en el versículo 7 donde dice de los tesalonicenses: “habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído” (1 Tesalonicenses 1:7), es donde fundamenté el mensaje de este momento, al cual le puse como título: LA IGLESIA EJEMPLAR ES LA QUE TRABAJA.   Lamentablemente, hay iglesias que no son ejemplares, pero lo que ahora importa es que ustedes sí sean ejemplares en trabajar en la obra de Dios.

   Especialmente lo que les voy a predicar es que una iglesia ejemplar tiene razones especiales para trabajar en la obra de Dios. / ¿Cuáles son esas razones por las que una iglesia ejemplar trabaja para la obra de Dios?  / Basado desde poco antes de la segunda mitad del versículo tres, voy a exponerles cuatro de esas razones especiales.

 

   La primera razón especial por la que una iglesia ejemplar trabaja para lo obra de Dios es:

I.- PORQUE SABE QUE CREE EN LA VERDAD.

   El apóstol Pablo primero hace un reconocimiento muy relevante acerca de algo que él personalmente había observado de los tesalonicenses.  En dicho reconocimiento les dice que él y sus compañeros misioneros, se acordaban “de la obra de vuestra fe” (1 Tesalonicenses 1:3b).  Lo que san Pablo les estaba diciendo en esta observación es que estaba siendo evidente y es correcto que su fe estaba produciendo los resultados esperados.  Es lo que Pablo le llama: Obra, o sea, trabajo.  La fe de los tesalonicenses se estaba convirtiendo en trabajo. La fe, a la que Pablo se estaba refiriendo es la fe o el creer en la verdad del evangelio de Jesucristo.  Esta era una razón por la que ellos trabajaban en la propagación del evangelio, porque sabían que ese evangelio que habían creído era la verdad, y nada menos y nada más que la verdad.  Esto era lo que les hacía ser una iglesia ejemplar.

   Amados hermanos, creer en la verdad es una razón para ser ejemplo en la proclamación de la verdad del evangelio.  La fe, verdaderamente es una cuestión espiritual pero no se limita a ser solo espiritual que opere solamente en el interior de nuestro corazón o de nuestra alma, sino que la fe es algo que se puede ver, se puede externar, se puede demostrar y hasta comprobar.  Es lo que ustedes ya saben que también enseñó el apóstol Santiago cuando escribió que: “la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:26b).  Al darse cuenta ustedes que lo que han creído del evangelio es la verdad, debe ser una razón y motivo para trabajar en la propagación del evangelio en esta misma población, y en otras poblaciones de cualquiera de los municipios que tienen territorio aquí cerca de ustedes.

 

   La segunda razón especial por la que una iglesia ejemplar trabaja para lo obra de Dios es:

II.- PORQUE SU CORAZÓN ESTÁ DESARROLLANDO AMOR.

   El segundo detalle que el apóstol Pablo y su equipo misionero siempre recordaban de los tesalonicenses, y se los expresa a ellos, es: del trabajo de vuestro amor” (1 Tesalonicenses 1:3b).  Otra vez, aquí, como en el caso de la fe, hay que aclarar que el amor no es solamente una cuestión sentimental que se produce en el interior del corazón para apreciar, valorar, y amar las cosas, y hasta a personas.  El amor también que uno desarrolla en su corazón también tiene el poder de producir diversos resultados.  Uno de ellos es el trabajar. ¿Recuerdan ustedes cuál fue el compromiso que Jacob aceptó para con su futuro suegro Labán, para que Labán le diera a su hija menor como esposa?  Su compromiso fue trabajar durante 7 años.  Después de este tiempo, su suegro le engañó, no le dio como esposa a la hija que él quería, sino que le entregó a otra hija.  Luego, el suegro, interesado porque Jacob trabajara más tiempo para beneficio de él, le propuso que Jacob trabajara para él otros 7 años, y ¿qué creen?  Jacob aceptó.  El amor puede producir voluntad para comprometerse a trabajar, no solamente para conseguir al amor de tu vida, sino también para trabajar para los propósitos de Dios.

   Amados hermanos, cada uno de los que somos creyentes en Jesucristo, somos personas que hemos recibido el amor de Dios en nuestras vidas.  Ese amor de Dios no es una miseria o una migaja que hayamos mendigado, es un amor intenso, abundante, al grado que el apóstol Pablo a los romanos les dice que: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5).  Es por ese amor que tenemos, que también nosotros podemos responderle a Dios trabajando con toda voluntad en su bendita y divina obra de compartir a otras personas el santo evangelio de Jesucristo.  Si todos trabajamos por amor en la proclamación del evangelio, entonces seremos, o más bien ustedes serán una iglesia ejemplar.

 

   La tercera razón especial por la que una iglesia ejemplar trabaja para lo obra de Dios es:

III.- PORQUE ENTIENDEN QUE SU ESPERANZA SÍ VALE LA PENA.

   Después de reconocerles la obra de su fe, y del trabajo de su amor, otro de los detalles que el apóstol Pablo y sus compañeros de ministerio siempre recordaban de los creyentes de Tesalónica, y que también se los observa a ellos, es: “de vuestra constancia en la esperanza” (1 Tesalonicenses 1:3b).  “La esperanza” a la que el apóstol Pablo se refiere como “la esperanza”, es el día del regreso de Jesucristo, cuando los creyentes recibamos plenamente todos los beneficios que corresponden a la salvación que desde ahora nos ha sido dada.  “La esperanza”, no es solamente una simple creencia de un ideal que será una realidad, sino que también se convierte en fruto de trabajo en la obra de Dios.  “La esperanza” incluye nuestra entrada al cielo eterno de Dios para estar con Él, implica también el privilegio de mirar al que solo por la historia y por la fe sabemos y creemos que es nuestro Salvador.  “La esperanza” incluye el fin de nuestros sufrimientos y hasta de nuestro gran y principal problema de pecar, incluye también el encontrarnos de nuevo con nuestros seres queridos.  Desde luego que todo eso vale la pena.  Por eso, el saber y entender que ser de Cristo es la absoluta seguridad para poder acceder a toda esa gloriosa esperanza, entonces sí que vale la pena “la esperanza”.  Por eso “la esperanza” que los cristianos tenemos, es una razón altamente motivante para que trabajemos en la obra de Dios.

   Amados hermanos, ¿ya observaron que lo que el apóstol Pablo reconoce como ejemplar de los tesalonicenses es su “constancia en la esperanza”? ¿Por qué no ser constantes a la gloriosa esperanza?  ¿Por qué entonces usted (no es el caso de todos), no es constante e interrumpe su “constancia en la esperanza”?  ¿Por qué se olvida usted de su comunión personal con Dios, y por qué se olvida de adorar en compañía de otros creyentes cuando se abren las puertas de Betel, la casa de Dios? ¿Por qué usted ya no está compartiendo el evangelio a otros trabajando con fervor en su obra?  ¿Dónde está su “constancia” en el trabajo y en la esperanza?  “La esperanza” que nos garantiza el evangelio, vale la pena, y motiva e impulsa que uno trabaje para propagar el mismo y purísimo evangelio.  Hacer esto nos hace ser una iglesia ejemplar.   Nunca se olviden hermanos, que nuestra esperanza vale la pena.  Pero, si alguien o toda una iglesia menosprecia “la esperanza”, entonces no se podrá hacer el trabajo que Dios espera que se haga, ni se podrá ser una iglesia ejemplar.

 

   La cuarta razón especial por la que una iglesia ejemplar trabaja para lo obra de Dios es:

IV.- PORQUE JESUCRISTO ES EL SEÑOR DE SUS VIDAS.

   Cuando el apóstol Pablo habla de las tres primeras observaciones que él tuvo acerca de los creyentes de tesalónica que son: 1) la obra de su fe; 2) el trabajo de su amor: y) la constancia en la esperanza; todas ellas, dice que son hechas, “en nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 1:3b).  Aquí hay un detalle igual de importante y relevante para que una iglesia sea ejemplar en su trabajo en la obra de Dios.  Cada creyente, y, en consecuencia, toda la iglesia, debe tener a Jesucristo como su “Señor”. ¿Qué es esto de que Jesucristo sea “nuestro Señor”?  Significa que todo lo que somos y hacemos está sometido al gobierno y voluntad de todo lo que Jesucristo desea que seamos y hagamos.  En este caso la voluntad de su señorío es que trabajemos en la gran encomienda, en su gran mandamiento que Jesús expresó cuando dijo: “id, y haced discípulos” (Mateo 28:19).  Eso es precisamente lo que estaban haciendo los tesalonicenses y les estaba otorgando el reconocimiento de ejemplares.

   Amados hermanos, solamente el cristiano, y la iglesia que acepta y deja que Jesucristo sea su “Señor”, se vuelve una iglesia ejemplar trabajando en la gran labor de hacer discípulos, para que el reino de Dios se propague en los corazones humanos.

 

   CONCLUSIÓN: Amados hermanos, en realidad a ustedes los hemos conocido como una de las iglesias en muchos sentidos, muy ejemplares.  No pierdan esa visión de fe, amor, esperanza, y señorío de Cristo que está operando en sus vidas. No pierdan la visión de trabajar para la obra y la gloria de Dios, como lo hicieron los hermanos desde hace 61 años, desde 1957.  Hoy, somos nosotros, son ustedes la generación de este momento que tiene que estar trabajando en la obra de Dios.  Dios quiera que se levanten más iglesias como la de ustedes, que sean iglesias crecientes y que se multipliquen, y así sean ejemplares a las iglesias que más recientemente se están constituyendo en otros lugares cercanos y lejanos.  Que cada año haya nuevos frutos de su labor aquí en esta población o en otras poblaciones.  No dejen que pase el tiempo de cada año sin trabajar en la obra de Dios, porque podría llegar el día que sin el trabajo de ustedes, los aniversarios sean solamente una tristeza.  Un aniversario de iglesia que no entrega nuevos frutos de su trabajo a Dios, aunque haya música, aunque haya comida, aunque haya invitados, aunque haya sonrisas, aunque haya culto, aún con todo eso será un aniversario triste.

   Dios les conceda a ustedes, y a esta su amada iglesia Betel, seguir siendo ejemplares en el trabajo en la obra de Dios.  No lo olviden: LA IGLESIA EJEMPLAR ES LA QUE TRABAJA.

   Dios les bendiga amados hermanos.

diegoteh

diegoteh.org

El Pbro. Diego Teh Reyes, es Licenciado en Teología y Servicio Social; Maestro en Estudios Teológicos; y Doctorante en Ministerio; y actualmente es Ministro de la Palabra y los Sacramentos como pastor adjunto de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, enfocado en la atención pastoral de diversas congregaciones.

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