COMPRUEBA CÓMO SEGUIR A JESÚS
Números 14:39-45;
Juan 1:35-40, 43.
INTRODUCCIÓN: Me gusta mucho la manera como el autor de la epístola a los Hebreos inicia su epístola diciendo que: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, / en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, …” (Hebreos 1:1-2a). Es muy claro que Dios tiene “muchas maneras” de hablar a su pueblo. Aunque pareciera que su última manera fue hablar “por el Hijo”, o sea, por Jesús, en realidad hoy, Dios sigue hablando a personas para llamarles a la fe, al discipulado, y al servicio, también y todavía de “muchas maneras”.
Nuestra lectura bíblica del evangelio según San Juan capítulo 1, presenta algunas de estas muchas maneras. Por eso, lo que basado en Juan 1 voy a predicarles es que: Dios tiene “muchas MANERAS” de llamar a las personas para seguir a su Hijo Jesús. / ¿Cuáles son estas “muchas MANERAS” de Dios de llamar a las personas para seguir a su Hijo Jesús? / Descubramos juntos algunas de estas MANERAS.
La primera MANERA de Dios de llamar a las personas para seguir a su Hijo Jesús, es:
I.- POR RESPUESTA A LA PREDICACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS.
La primera persona que siguió a Jesús y que se menciona en la historia de los evangelios, y aquí en Juan capítulo 1, se llama Andrés, mencionado por nombre en el versículo 40. Pero, tanto en el versículo 37 como en el 40 se menciona que eran dos los que juntos “siguieron a Jesús” (Juan 1:37). Esta segunda persona que no se menciona por nombre es el mismo autor de este libro del evangelio, es decir el ya entonces apóstol Juan quien cuando relata su caso junto con Andrés no menciona su nombre. Pero, lo que quiero resaltar no es ni siquiera quién fue el primero de los discípulos de Jesús, ni el anonimato de Juan en este relato, sino la causa que a ambos los motivó a seguir a Jesús.
Para ello, observemos el conjunto de versículos desde el 35 al 37 que dicen que: “El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. / Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios. / Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús” (Juan 1:35-37). ¿Qué estaba haciendo Juan el Bautista cuando dijo: “He aquí el Cordero de Dios”? Estaba predicando. Esto nos ayuda a entender qué motivó tanto a Andrés como a Juan el entonces futuro apóstol para seguir a Jesús. Mientras Juan el Bautista estaba predicando, estos dos discípulos suyos, oyeron tanto la predicación como la indicación que él dijo acerca de Jesús. Por eso, el autor de la narración dice de estos dos discípulos con respecto al bautista, que: “Le oyeron hablar los dos discípulos”, y de ellos mismos con respecto a Jesús, dice: “y siguieron a Jesús”.
Amados oyentes, para seguir a Jesús, usted puede seguirle como respuesta a la predicación de la palabra de Dios al que usted tiene alcance. Cada predicación de la palabra de Dios ya sea desde un púlpito de iglesia, como de un mp3 o video transmitido en un medio digital, es un medio usado por Dios para llamar a las personas a ser discípulos de Jesús. Una correcta predicación siempre invita a las personas a enfocar sus vidas en la persona de Jesucristo. Después de escuchar una predicación, toda persona debería responder en comprometerse a iniciar ser discípulo de Jesús, o mejorar su calidad de discípulo de Jesús. Esto fue lo que Andrés y Juan hicieron cuando escucharon la predicación de Juan el Bautista.
La segunda MANERA de Dios de llamar a las personas para seguir a su Hijo Jesús, es:
II.- POR EL TESTIMONIO DE UN MIEMBRO DE LA FAMILIA.
Ahora centremos nuestra atención en los versículos 40 al 42 donde leemos que dice: “Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. / Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). / Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)” (Juan 1:40-42). En esta narración podemos apreciar que como resultado del encuentro de Simón con Jesús fue transformador no solamente en cuanto a su nombre sino a su manera de ver la vida y relación con Dios a partir de aquel momento. Pero ¿cómo llegó Simón a Jesús? Él llegó a Jesús, gracias a Andrés. ¿Qué parentesco tenía Simón con Andrés? En las primeras palabras del versículo 40 se dice que era su “hermano”.
Ya sabemos que Andrés fue uno de los dos primeros que buscaron a Jesús después que Juan el Bautista dijo que Jesús era el Cordero de Dios. Tan pronto Andrés platicó con Jesús, él fue en busca de Simón y le dijo que junto con Juan el que sería apóstol: “Hemos hallado al Mesías”. Y finalmente el autor de esta narración en la primera parte del versículo 42, dice de Andrés con respecto a Simón: “Y la trajo a Jesús” (Juan 1:42a). Simón no escuchó una predicación, sino un familiar suyo le compartió la buena noticia de que el Mesías prometido por Dios, estaba ya entre ellos, y se trataba de Jesús, a quien probablemente ya conocían porque todos ellos vivían en la provincia de Galilea en un lugar relativamente cercano de Nazaret de Galilea donde creció Jesús, y ellos en Betsaida de Galilea. No fue un sermón, sino el testimonio de su hermano Andrés.
Amado oyente, probablemente hay un miembro de la familia de usted que una y otra vez ha intentado compartirte el evangelio de Jesucristo. Talvez sea su padre, su madre, un hermano, una hermana, tío, tía, abuelo, abuela, etc… u otro familiar, y usted ha ignorado su testimonio con respecto a Jesús y su evangelio. Estimado oyente, sepa usted que ese esfuerzo, es un llamamiento no de ser humano, sino de Dios por medio del testimonio de un familiar de usted para que usted siga a Jesús como discípulo de él, y que como Pedro usted va a ser cambiado no precisamente de nombre, pero sí de muchas cosas de su vida personal como su cosmovisión, su carácter, y su destino eterno. No cierre sus oídos y corazón al esfuerzo de testimonio que su familiar le comparte.
La tercera MANERA de Dios de llamar a las personas para seguir a su Hijo Jesús, es:
III.- POR EL LLAMADO DIRECTO DE JESÚS.
Ahora observemos el versículo 43 donde dice: “El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme” (Juan 1:43). Aquí no fue un predicador, no fue un familiar, sino fue directamente Jesús quien invitando o más bien llamando a Felipe le dijo: “Sígueme”. Cierto es que en aquella ocasión Jesús estaba físicamente entre los israelitas, y era obvio que este llamado fue físicamente presencial.
Sin embargo, aunque Jesús ya no está físicamente en ninguna parte del mundo, Jesús puede llamar de manera directa a las personas. Así lo hizo con Saulo de Tarso, quien “yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; / y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? / Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 9:3-5).
Amados oyentes, aunque Jesús no esté llamado de manera tan extraordinaria, en la actualidad el Espíritu Santo que fue enviado para aplicar y dar continuidad a la obra de Jesús. Es el Espíritu Santo quien hace real la enseñanza, la santificación, así como el llamado y el convencimiento de las personas para que sean discípulos de Jesús. Una gran mayoría de las personas hemos sido llamados a la fe de esta manera, siendo el Espíritu Santo que pone en la mente y en el corazón de las personas el santo deseo de ser un discípulo de Jesús. Ningún ser humano interviene para animarnos a ser discípulos, sino que solo el Espíritu Santo, nos guió a aceptar ser discípulos de Jesucristo. Es Jesús mismo quien finalmente nos extiende espiritualmente su invitación de que le sigamos, y así lo hemos hecho, y lo seguimos haciendo.
La cuarta MANERA de Dios de llamar a las personas para seguir a su Hijo Jesús, es:
IV.- POR LA INVITACIÓN DE UN BUEN AMIGO.
Ahora observemos los versículos 45 y 46, para descubrir cómo Natanael llegó a ser discípulo y apóstol de Jesús. En estos versículos leemos que: “Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. / Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve” (Juan 1:45-46). Pero, ¿tenía algún parentesco Felipe con Natanael, como Andrés era hermano de Simón? NO. Simplemente eran amigos.
Como usted puede observar, tan pronto Felipe le compartió su experiencia y testimonio de haber hallado al personaje prometido en la ley de Dios escrita por Moisés, Natanael manifestó algo de ignorancia preguntando: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Lo que podemos observar en la respuesta de Felipe es que Felipe no trató de presentarle argumentos teológicos acerca de la ley y los profetas, porque seguramente que lo podía hacer, pues se ve que Felipe tenía conocimiento de las Escrituras y conocimiento teológico, pero NO. Simplemente le invitó diciéndole: “Ven y ve”, o como lo traduce la Nueva Traducción Viviente: “Ven, y compruébalo tú mismo”.
Amado oyente, esta también es una manera de recibir el llamado de Dios para ser discípulo de su Hijo Jesucristo. Quizá no un predicador, no un pastor, no un familiar de usted, sino un amigo cristiano con o sin tanto conocimiento bíblico o teológico le ha estado compartiendo acerca de Jesucristo y su evangelio. No lo dude usted. Es la manera cómo Dios le está llamado a ser discípulo de su Hijo Jesús.
CONCLUSIÓN: Estimado oyente, si un miembro de su familia le ha estado insistiendo a que usted se haga discípulo de Jesús, así como Simón fue llevado por Andrés su hermano ante Jesús; o quizá también usted mismo sin la intervención de alguna personas siente que hay algo poderoso que le está haciendo reflexionar acerca de que usted debe ponerse al servicio de Dios, no lo dude, es Jesucristo mismo por su Espíritu el que le está guiando a entregarse al servicio de Dios; o probablemente, un amigo cristiano es la persona que está haciendo de su parte algún esfuerzo para que usted sea un seguidor de Jesús así como Natanael fue invitado por Felipe; o quizá Dios está usando esta predicación de su humilde servidor para animarse a ser discípulo de Jesús. Todas estas son maneras de Jesús de llamar a las personas, incluyendo a usted para que sean sus discípulos. ¿Aceptará usted ahora ser discípulo de Jesucristo?
Pero, finalmente, ahora si usted es una persona que ya es discípulo de Jesús, usted debe ser el familiar que lleve a sus abuelos, padres, hermanos, tíos, primos, cuñados, concuños, cónyuge, suegros, yernos, nueras, etc… a iniciar y a encaminar su fe en Jesucristo; usted debe ser el que ayude a sus amigos a encontrar en Jesús el salvador eterno de sus almas respectivas. Dios le use a usted a acercar a más personas para que sigan a Jesús. Cuando Jesús ordenó: “Id, y haced discípulos” (Mateo 28:19), nos envió a buscar personas para ayudarlas a que sigan a Jesús en todo.
Dios nos capacite a ser discípulos que sigan haciendo más discípulos.
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