DE REPENTE, SORPRENDIDO POR DIOS

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DE REPENTE, SORPRENDIDO POR DIOS.

Hechos 2:1-4.

 

   INTRODUCCIÓN: Dios siempre ha sido un Dios que muchas de sus acciones las lleva a cabo sin previo aviso, aunque él es un Dios de orden y que en su plan eterno lo tiene todo puntualmente planeado.  Por ejemplo, habiendo Él existido infinitamente eterno, sin previo aviso comenzó a crear todo cuanto hoy existe.  Y así de repente sorprendió a Abraham y Sara nuestros primeros padres de la fe, llamándoles a salir de su tierra llena de idolatría para llevarlos a una tierra nueva donde con su descendencia Dios se formaría un pueblo escogido y amado de entre tantos pueblos que ya existían en aquellos tiempos.

   Dios sorprendió también de repente a la humanidad con el nacimiento de Jesús, enviando a unos ángeles que sorprendieron a unos humildes pastores a quienes uno de los ángeles les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.  13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14 ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:10-14).  Este bendito anuncio fue repentino para el mundo que no sabía cuándo nacería el Mesías prometido por Dios.  Aunque en plan de Dios no fue algo arbitrario sino precisamente se dio en “el cumplimiento del tiempo” (Gálatas 4:4).

   Hoy les quiero compartir algunas acciones de Dios que para nosotros la humanidad, especialmente la iglesia de Dios, ocurrieron “de repente”, sin embargo, ocurrieron en el tiempo bien planeado y determinado por Él.  Es así como Dios suele actuar sin que eso signifique desorden en Él sino todo lo contrario, pues incluso sus acciones sirven para ordenar cualquier desorden que exista en donde él hace su manifestación de presencia y obra.  De estas acciones, lo que específicamente voy a predicarles es que El libro de Los Hechos de los Apóstoles registra acciones sorpresivas llevadas a cabo por Dios en momentos que nadie lo estaba esperando. / ¿Qué acciones sorpresivas registra la biblia que fueron llevadas a cabo por Dios en momentos que nadie lo estaba esperando? / A decir verdad son muchas, pero en este mensaje solamente quiero enfatizar 3 de estas acciones sorpresivas; es decir que ocurrieron “de repente”, tal como lo indican los textos bíblicos.  Tengo que aclarar que solamente presentaré 3.  El primero que presentaré y enfatizaré no es necesariamente la primera acción sorpresiva hecha por Dios que se presenta en este libro, pues el libro presenta en su primer capítulo la ascensión de Jesús; luego, antes de la segunda acción que presentaré, está también la sanidad de un cojo que jamás de imagino recibir la bendición de caminar como cualquiera de nosotros, sino que lo único que esperaba era dinero; e igualmente la tercera acción que presentaré solamente es una de tantas que podemos encontrar a través de los capítulos de este precioso libro de historia del Nuevo Testamento.  En este entendido, comienzo con mi presentación:

 

   La primera acción sorpresiva llevada a cabo por Dios en momentos que nadie lo estaba esperando, que se registra en el libro de Los Hechos de los Apóstoles, es:

I.- LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO EL DÍA DE PENTECOSTÉS.

   Lo primero que ocurrió “de repente” es la venida del Espíritu Santo.  Dice la historia que: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y DE REPENTE vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2:1-4).

   El envío del Espíritu Santo había sido anunciado por el profeta Joel desde unos 835 a 800 años a.C.  Él dijo a los israelitas y judíos de parte de Dios: Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. / Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días” (Joel 2:28-29).  También Jesús, unos 54 días antes del día de Pentecostés del año 33 d.C., la noche que celebró la cena con sus discípulos, y que tuvo un largo discurso para ellos, les dijo que: “Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré” (Juan 16:7), “cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad …” (Juan 16:13a). El envío del Espíritu Santo prometido, y ratificado por Jesucristo, fue lo que ocurrió aquel domingo de Pentecostés, en el que Dios cumplió su promesa.  Y lo relevante del caso es que este cumplimiento de Dios no fue solamente para los adultos o para los creyentes de más trayectoria, sino también para sus hijos con el fin de convertirlos en testigos del evangelio de Jesucristo.  Los hijos e hijas de los creyentes, los ancianos de edad, así como jóvenes, y hasta los “siervos” y “siervas”, más bien los que servían como esclavos, hasta ellos eran contados entre los que recibirían el derramamiento del Espíritu Santo que traería poder a sus vidas.  El apóstol Pedro lo explicó diciendo a los habitantes de Jerusalén que: “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:39).

   Amados hermanos, no importa si usted no tuvo padres cristianos, ahora que usted es creyente en Jesucristo la promesa del Espíritu Santo dicha por el profeta Joel, así como por Jesús, es también para usted.  Dios quiere darle a usted su poder para vivir y compartir el evangelio de Dios a los demás.  Si usted ha sido solamente un empleado(a), o como dice Joel “siervos” y “siervas”, Dios ha querido derramar sobre usted su Espíritu Santo para recibir la fuerza de Dios para la vida y para el ministerio de la gracia de Dios.  Es para los niños, es para los jóvenes, es para los adultos, es para los ancianos.  Este don llegó “de repente” a la vida de los primeros creyentes, y si no ha llegado a la vida de usted, hoy que menos lo estaba usted esperando, puede llegar también a su vida.

 

   La segunda acción sorpresiva llevada a cabo por Dios en momentos que nadie lo estaba esperando, que se registra en el libro de Los Hechos de los Apóstoles, es:

II.- EL LLAMADO DE SAULO MIENTRAS PERSEGUÍA A LOS CREYENTES.

   Como quizá todos ustedes saben, Saulo de Tarso, Cicilia (hoy Turquía), era un fariseo que perseguía a los creyentes en Jesucristo. Él creía en Dios, pero no podía entender que el cristianismo que había surgido en Jerusalén y que se estaba extendiendo por todas partes del imperio romano, era nada menos que parte del plan salvador de Dios.  Este hombre, religioso, pero perverso en sus convicciones, estaba yendo de Jerusalén de Judea a Damasco de Siria para que a todos los creyentes en Jesucristo que encontrara en aquella ciudad, los encarcelara e incluso matara. Prefería encarcelarlos y hasta torturarlos para ver si así abandonarían la nueva fe en Jesucristo, y regresen a la fe farisea; y en el peor de los casos, matar a los que no se retractaran de su fe en Jesucristo.  Saulo pensaba que aquellas personas mejor murieran siendo fariseas, antes que seguir siendo cristianos.  Esta era la gran equivocación de Saulo de Tarso el fariseo más equivocado y perverso que hubo en aquellos tiempos.  Él vivía en Tarso Cicilia a 948 kilómetros de Jerusalén, a unas 12 horas 40 minutos en auto, que antes eran unas 184 horas de camino que podrían ser más de 9 días por los tiempos necesarios de descanso tanto de día como de noche; pero por su celo fariseo vino a Jerusalén para conseguir permisos y apoyo de las autoridades fariseas para llevar a cabo su objetivo.  Luego de Jerusalén a Damasco a donde iba a perseguir a los creyentes había una distancia de 325 kilómetros, 5 horas y 17 minutos en auto, o 59 horas a pie, mas las horas correspondientes de descanso.  Él estaba dispuesto a perseguir a los cristianos no importa las distancias que tenga que recorrer.

   En eso estaba Saulo cuando “de repente” camino de Jerusalén a Damasco, Jesús se le manifestó desde el cielo para transformarle la vida de fariseo a creyente en Jesucristo; de siervo de la secta farisea, a apóstol de Jesucristo; de perseguidor de los creyentes al más destacado predicador hacia los gentiles y escritor de la mayor parte de los escritos apostólicos que con autoridad divina nos enseñan las doctrinas esenciales del evangelio, y la conducta que todos los creyentes debemos vivir.  San Lucas, autor de Los Hechos de los Apóstoles, escribió el testimonio que el mismo Saulo ya como apóstol dijo una vez en público.  Dijo Pablo: Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, DE REPENTE me rodeó mucha luz del cielo; y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues. Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo” (Hechos 22:6-9).

   Notaron como en su testimonio relata que Jesús se le apareció “de repente”.  Saulo fue sabio en aquel momento, no solamente por el temor y la espectacularidad de aquel inesperado evento, sino que la misma gracia de Dios le auxilió para que sus pensamientos y reflexiones fueran verdaderamente profundas, claras, y bien fundamentadas en la verdad, y no como lo dictaban los fariseos, y por el mismo sumo sacerdote de Jerusalén.  Por aquella sabiduría con que Saulo manejó la situación, él le preguntó a Jesús: “¿Quién eres Señor?” (v. 8), ya de entrada reconociéndolo como “Señor”, pues aquella experiencia que Saulo estaba teniendo era evidentemente extraordinario que no podía ser más claro que se trataba de el “Señor” verdadero Dios, Jesucristo.   Luego, según Hechos 9, en su versión de San Lucas, Saulo dirigiendo otra pregunta a Jesús, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6a).  Con esta sabia pregunta de Saulo, se evidencia que la transformación de su corazón y objetivos de vida ya estaba cambiando.  Es así como Jesús le comisiona a llevar su evangelio a los gentiles de todo el imperio romano.

   Amados hermanos, cada uno de nosotros también fuimos sorprendidos por la gracia de Dios en algún momento de nuestras vidas, y aceptamos rendir nuestras vidas al servicio de Jesucristo, antes que de alguna persona o asociación religiosa.  Ustedes igual que yo no servimos a los intereses personales del pastor, ni de algún interés incorrecto de la asociación religiosa a la que pertenecemos, sino solamente servimos y serviremos a los intereses de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Dios hizo este cambio radical en nuestra vida el día en el que también “de repente” su gracia salvadora nos alcanzó.

 

   La tercera acción sorpresiva llevada a cabo por Dios en momentos que nadie lo estaba esperando, que se registra en el libro de Los Hechos de los Apóstoles, es:

III.- EL CARCELERO DE FILIPOS CUANDO CUSTODIABA A DOS APÓSTOLES.

  La historia de aquel bendecido carcelero de Filipos, se nos relata así en el libro de Los Hechos de los Apóstoles. Dice su historia que: “Entonces sobrevino DE REPENTE un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29 El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos?” (Hechos 16:26-33)

   ¿Notaron en el texto bíblico, qué bendiciones llegaron a la vida de este pobre hombre que dada la circunstancia de un terremoto que nunca supo porque estaba profundamente dormido?  Ni siquiera supo que por el terremoto las puertas de la cárcel se abrieron y que hasta las cadenas de todos los presos se soltaron.  Por este acontecimiento, el pobre hombre estuvo a punto de quitarse la vida porque pensó que los presos especiales que él custodiaba, Pablo y Silas, ya habían huido.  Un evento repentino, le cambiaría la vida a este hombre. Si los presos hubiesen huido, el pobre hombre sería juzgado por no haber hecho algo para impedirlo, y era muy probable que lo pudieran haber sentenciado a muerte por sus superiores, o por lo menos despedido de su trabajo, por lo que él por un momento pensó que lo mejor era quitarse la vida.  Dice su historia que realmente él “sacó la espada y se iba a matar” (v. 27).  De repente, este hombre iba a perder la vida para abrir los ojos del alma en la eternidad, únicamente para encontrarse sin el conocimiento de Cristo y su evangelio, nada menos que en las llamas del infierno ardiente donde van todos los pecadores que no tomaron la decisión de creer en el Hijo de Dios.

   Pero, este no fue su caso, pues aquel evento que ocurrió “de repente”, trajo para él y su familia, la bendición que jamás en la vida ellos se imaginaron recibir, tener, y disfrutar.  Cuando Pablo y Silas “le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa” (v. 32), él creyó en Jesús, y dice la historia de este hombre que “en seguida se bautizó él con todos los suyos” (v. 33).  Su familia y todos los que estaban en su casa creyeron repentinamente cuando fueron despertados tal vez por el mismo terremoto o quizá por el mismo jefe de familia después de la media noche.  Esta fue una manifestación de la gracia de Dios que de manera verdaderamente repentina llegó a la vida del carcelero y su familia.  Lo único que esperaban aquella noche era que amaneciera para continuar con las labores correspondientes al nuevo día, pero antes del amanecer, fueron sorprendidos por la poderosa gracia salvadora de Jesucristo y su evangelio.

   Amados hermanos, en la vida siempre estaremos como aquel carcelero, expuestos a circunstancias en las que la gracia de Dios no dejará de estar presente; y antes que la desgracia, lo primero que nos alcanzará es la gracia salvadora de Jesucristo.  Hace 61 semanas que nos sorprendió la pandemia del Covid-19, pero antes que ello, “de repente” la gracia salvadora ha sorprendido a millones de personas en el mundo que lo único que esperaban que les pudiera llegar era la muerte, pero lo que ahora ha llegado a sus vidas es la salvación eterna que encontraron en Jesucristo.  Alguno de ellos, también fueron alcanzados por la muerte por causa del Covid-19, sin embargo, antes que la muerte, alcanzaron la vida eterna en Cristo.  Gracias a Dios que nos sorprende “de repente” con su amor aun en medio de las desgracias y miserias de esta vida.

 

   CONCLUSIÓN:  Amados hermanos, Dios, habitualmente siempre toma a uno por sorpresa, nos agarra en curva como solemos decir coloquialmente.  Es más, quizá para usted es una sorpresa que usted se encuentra hoy en la casa de Dios ante su presencia.  Talvez usted hubiese querido usar más de los 61 domingos que no habíamos abierto el templo, y usted se sorprendió que se haya anunciado que hoy reabrimos los cultos presenciales. Para usted fue “de repente”, pero estoy seguro que esto es obra de Dios. Es de las acciones que Dios hace “de repente” para traer bendición a nuestra vida y a esta nuestra amada congregación en la que nos reunimos.

   En estos días algunos de ustedes que no se han integrado de manera formal a la membresía de esta congregación fueron invitados a comenzar sus clases de formación cristiana como catecúmenos, y tuve el privilegio de invitarles a que tomen esta importante decisión para el fortalecimiento de sus vidas personales de fe y servicio a Dios y a su iglesia, y a la comunidad donde vivimos.  Algunos de ustedes no esperaban esta invitación, sino que hubiesen preferido dejar esta decisión para más adelante, o quizá hasta para nunca; pero esto les ocurrió “de repente”, aunque un servidor había hecho toda esta planeación, sin embargo, más allá de mi planeación creo que Dios está detrás de todo esto trayendo cambios en la vida de ustedes, y del futuro de esta amada congregación de creyentes en Jesucristo. Deje usted que Dios actúe así “de repente” en la vida de usted.  Esto traerá edificación cristiana a sus vidas.

   ¡Feliz día de Pentecostés mis amados hermanos!  Dios traiga más sorpresivas bendiciones a la vida de cada uno de nosotros.

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El Pbro. Diego Teh Reyes, es Licenciado en Teología y Servicio Social; Maestro en Estudios Teológicos; y Doctorante en Ministerio; y actualmente es Ministro de la Palabra y los Sacramentos como pastor de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México "PENIEL", de la ciudad de Mérida, Yucatán.

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